El dolor de talón es una de las quejas más comunes de los pacientes. Si bien los espolones calcáneos pueden o no aparecer en una radiografía, son consecuencia del problema real: la fascitis plantar.
La fascitis plantar se debe a la inflamación del tejido conectivo que se extiende desde la base de los dedos hasta su inserción en el hueso del talón. Los síntomas incluyen rigidez y tirantez en la parte posterior de la pierna y la articulación del juanete, además de una marcha irregular. El dolor de talón suele ser el primer signo de fascitis plantar.
Los tratamientos incluyen antiinflamatorios, compresas de hielo, ejercicios de estiramiento, inyecciones de esteroides, aparatos ortopédicos y fisioterapia. En casos persistentes, puede ser necesaria la radiofrecuencia.
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